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Presentismo laboral y empoderamiento de la profesión: dos asuntos urgentes para la enfermería

- Los recientes abusos en las condiciones laborales provocan presentismo laboral a pesar de darse las condiciones para la baja    - El empoderamiento y la toma de control como profesión vienen de la mano de la confianza en las propias capacidades y una imagen justa en la sociedad   Redacción Galicia.- En la reciente X Asamblea Autonómica de SATSE Galicia, los asistentes disfrutaron de dos ponencias de gran interés que ofrecieron Dolores Rodríguez García y Cándida Pérez Gonzálves, que trataron la necesidad del empoderamiento de la enfermería y el presentismo laboral.

Identidad y empoderamiento de la enfermería

La presentación de Dolores Rodríguez trató sobre esta necesidad de nuestra profesión. "Empoderamiento" refiere la concesión de poder a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente para que mejore sus condiciones de vida por sí mismo. "La marginación -explica Dolores Rodríguez- es el concepto opuesto al empoderamiento, ya que los marginados no tienen autosuficiencia y suelen depender de la caridad de otros. Estas personas pierden la autoconfianza al no ser capaces de autosostenerse, lo que lleva a problemas psicológicos y sociales".

    En el mundo profesional, el sentido que se le aplica al término es el de delegar en los subordinados para conferirles el sentimiento de que son dueños de su propio trabajo. "La enfermería también necesita de un empoderamiento que la haga valorarse como lo que es, huyendo de los tópicos o ideas preconcebidas".

    "El empoderamiento de la enfermera no significa darle poder; pues cuenta con suficiente saber y motivación para hacer su trabajo de excelente forma. Es permitir que este poder surja, que la enfermera se sienta propietaria de su quehacer y se pueda mostrar comprometida con sus usuarios y saber a dónde va". Uno de los primeros pasos es hacerse consciente del verdadero alcance de la profesión, "un arte y una disciplina científica del cuidado de la salud del individuo, la familia y la comunidad en todas las etapas del ciclo vital y en sus procesos de desarrollo, desde la concepción hasta la muerte".

    El empoderamiento de la enfermería es toda una necesidad dada la incertidumbre del futuro próximo, con el creciente impacto de la globalización, la migración de profesionales, el acelerado desarrollo de la ciencia y la tecnología y el incremento de la población dependiente. Impone retomar la identidad como cuidadores, revalorizar el aporte profesional y hacerlo socialmente visible mostrando que es indispensable.

Presentismo laboral

Cándida Pérez Gonzálves trató este problema que se ha exacerbado con las recientes reformas laborales: "no solo implica asistir a trabajar enfermo o lesionado, es también cumplir jornadas extensas como una expresión perversa de compromiso o respuesta a la inseguridad laboral".

    No debe confundirse con el absentismo presencial, la pérdida de tiempo en actividades no productivas en el trabajo, o con el "plus de presentismo", un premio que en algunos países se da a trabajadores que se ausentan menos en sus trabajos o no utilizan todos los permisos que les corresponden.

    "El presentismo -explicó Cándida Pérez- es más frecuente en colectivos con dificultades para hacer valer sus derechos. En España ha aumentado en los últimos años. Muchos trabajadores pasan más horas de las establecidas en sus puestos. Dado que ahora faltar al trabajo puede suponer el despido con más facilidad, ahora el trabajador casi no tendrá ni el derecho a enfermar. Todo ello aumenta el número de errores y riesgos, deteriora la salud y empeora el bienestar y la vida familiar".

    Hay varios factores que favorecen la aparición del presentismo y ayudan a predecirlo: "la política de no pagar días de baja o sólo un número limitado (como la recientemente aprobada en el Sergas), la disminución del salario, la presión y el control estricto de la asistencia al trabajo, la inseguridad laboral, la existencia de contratos temporales y, en los factores individuales, el sobrecompromiso o el estado de salud".

    Las consecuencias del presentismo son negativas en todos los aspectos. En el empleado no solo existe la posibilidad de contagios en el caso de enfermedades infecto contagiosas, también afecta a su estado de la salud y asegura un absentismo futuro: el estudio de historias médicas muestra que quienes acuden a trabajar mal de salud tienen el doble de riesgo de sufrir enfermedades coronarias graves que quienes se toman unos días de baja.

    En cuanto al contratador, y contra lo que pueda esperar con las políticas que conducen al presentismo, este afecta a la productividad de la empresa y a la economía nacional, causa deterioro del servicio, dificultades en el grupo de trabajo y eleva la siniestralidad laboral, pudiendo provocar, en el ámbito sanitario, sucesos adversos en la práctica clínica.

    "La última consecuencia -concluye Cándida Pérez- es el aumento de la pobreza y la desigualdad. En el actual contexto de crisis económica capitalista, la reforma laboral es un enorme paso atrás que no sólo empeora las condiciones sociales, de empleo y trabajo, sino que tiene graves consecuencias que perjudican la salud de las personas y sus familias".

Dolores Rodríguez García.2