Laboral

Enfermeras olvidadas por la Xunta de Galicia

El Sindicato de Enfermería SATSE en Galicia, critica que en medio de todos los procesos selectivos que han tenido lugar al amparo de la ley de estabilización de empleo público, existe un pequeño proceso de estabilización para 2 enfermeras de la Xunta de Galicia que aún está pendiente de resolver.
Galicia adolece de enfermeras suficientes para cuidar de los pacientes de centros sociosanitarios y residencias de mayores

El Sindicato de Enfermería SATSE, reclama a la Consellería de Política Social de la Xunta de Galicia que resuelva cuanto antes el proceso selectivo, al amparo de la ley de estabilización, que mantiene pendiente de plaza a dos enfermeras.  

Las categorías que compartían decreto con nuestras enfermeras, ya tuvieron su resolución, pero por desgracia, las enfermeras como siempre somos las últimas de la cola

Este proceso se inició en diciembre de 2022, y a pesar de limitarse a tan pocos aspirantes, hoy en día, aún está sin resolver, y por lo que parece, con pocos visos de hacerlo, critica SATSE.

“Las categorías que compartían decreto con nuestras enfermeras, más numerosas en aspirantes, ya tuvieron su resolución a lo largo de este mes, pero por desgracia, las enfermeras como siempre somos las últimas de la cola”, señalan en el Sindicato.

Para SATSE, esta es una muestra más de lo poco que la Xunta de Galicia valora a la presencia de las enfermeras en sus centros sociosanitarios; una figura que implica una mejora en la atención de los residentes, y también en su calidad de vida porque mantienen la estabilidad de nuestros mayores institucionalizados dentro de sus procesos crónicos, pero que para Política Social apenas tiene relevancia.

Faltan Enfermeras

La presencia de enfermeras en los centros sociosanitarios gallegos, muchas veces, es meramente testimonial, algo que se puede acreditar por el ratio enfermera/residente que hay en muchos centros, perdiéndose en el discurso de “centros de válidos” “centros de dependientes” y sin tener en cuenta cómo de rápido puede cambiar en la vida de una persona mayor una situación de independencia a dependencia en pocas semanas, lo que da lugar a una sobrecarga de trabajo y a una peor calidad asistencial, y un empeoramiento de una calidad de vida, que, llegada a su final, debería merecer más respeto por parte de la administración.